¿Intuición o experiencia?
Tu intuición es tu maestra.
Anxo López. Aprendizajes
Anxo López es Design Principal Manager en BBVA y, además, entre otras cosas tiene una newsletter semanal llamada «Aprendizajes». En esa newsletter envía cosas que va «aprendiendo». Algunas te hacen explotar la cabeza y otras cuesta verlas.
La que traigo en este post me ha llamado la atención porque buscando temas sobre los que reflexionar, uno de ellos era literalmente la intuición. Todos, absolutamente todos, decidimos dejarnos guiar por nuestra intuición. Incluso cuando pedimos a alguien consejo, la selección de ese alguien forma parte de nuestra intuición. O bien para confirmar la decisión que ya antes de preguntar hemos tomado (esto se llama sesgo de confirmación), o bien para consultar una posición contraria (pensamiento crítico) y cuestionarnos la decisión que tenemos en la cabeza. En ambos casos nuestra intuición nos indica qué hacer.
La madre de todas las profesoras
Pero cuando he leído el aprendizaje he pensado «¿por qué la intuición nos enseña?». Y este concepto es el que me ha llamado la atención. A primera vista parece que la intuición se sigue, o no se sigue, no que te enseñe. Pero es precisamente ahí donde está el fallo. No seguir un camino, o tomar una decisión contraria a la que piensas, en un determinado momento ya la haces con tu intuición trabajando a todo trapo.
Y la intuición no es más que tu cerebro que, sin una explicación racional necesaria a simple vista, ha decidido algo en base a experiencias previas, sesgos varios y demás mecanismos que no controlamos completamente. ¿Puede ser que gracias a la intuición y las decisiones que tomamos es por lo que aprendemos? ¿Entonces quien nos enseña es la intuición? ¿O la experiencia?
Personalmente creo que es la experiencia quien ayuda a desarrollar la intuición. Cuando empezamos un proyecto y sabemos lo que implica, podemos anticiparnos y anticiparnos al desenlace. A la hora de priorizar una tarea, igualmente, nuestra experiencia es la que nos indica si algo nos va a llevar más o menos esfuerzo, su relevancia y decidir cuándo afrontarla. Esta capacidad en equipos autogestionados es oro. Y en la gestión personal, fuera del entorno laboral, también encuentro mil ejemplos. Por eso me atrevería a decir que la madre de todas las profesoras es la experiencia por su aporte clave a la «intuición».
¿Y quién fue el primero que…?
Muchas veces me pregunto quién fue el primero al que se le ocurrió algo y por qué. Por ejemplo, ¿quién se le ocurrió por primera vez coger un percebe y cocerlo para después comérselo? ¿O quién pensó que con algo de yesca y unos palos de madera, con unos movimientos específicos, podría conseguir fuego? Cosas que no son tan evidentes a primera vista y que tienen un proceso, digamos, complejo.
Y ahí si que puedo dar la razón a la afirmación anterior. Igual todo partió de una intuición y, a partir de ahí la experiencia puso el resto del aprendizaje para llegar al objetivo deseado.