Mis favoritos de Enero
Rabbit R1 promete ser tu asistente personal, con Inteligencia Artificial, que interactuará con otros servicios para hacerte la vida más fácil, planificar viajes, cenas… Es curioso porque plantean esto como un dispositivo nuevo, no como una app para nuestros dispositivos. Si la idea fundamental para emprender con éxito es aprovechar dispositivos que ya están en nuestros bolsillos con creatividad y utilizando software, reduciendo la inversión y los costes, parece que el Rabbit sigue el camino contrario.
Esto es el modelo exponencial contra el modelo lineal. Como Waze llevó a Nokia a la bancarrota o, mejor dicho, como Nokia se hundió con una estrategia “tradicional” (lineal) y lo que ellos querían lo logró Waze con una estrategia “no convencional” (exponencial). Pues bien, la acogida del Rabbit es de 10.000 unidades vendidas antes ni siquiera de su lanzamiento en fase de pre-reserva. Y la promesa de acabar con los smartphones. Me gusta por su diseño, su interfaz es simple y fácil de manejar, muy pensado para llevar en una mano y, efectivamente, no recurrir a un móvil todo el rato. Y también me gusta por el concepto disruptivo. Pero tengo serias dudas de que llegue a establecerse. Veremos.
En Enero falleció la protagonista de la foto «El beso del ayuntamiento», gran foto de la que desconocía totalmente que estuviera preparada. En las referencias comparto un hilo con curiosidades de esta mítica foto.
Traigo una referencia que conocí a través de mi madre, por casualidad. El arquitecto Miguel Fisac. Un gran arquitecto que cuestionó el racionalismo de su época, investigó con nuevas formas y materiales. En su obra se puede encontrar vivienda social, parroquias, iglesias… Y no fue de los más famosos de su época. Sin embargo a mi padre le encantaba. Como ingeniero, la solución de las vigas hueso y el uso del hormigón pretensado le llamaban mucho la atención. Y resulta que cerca de mi casa está su casa-estudio (ahora sede la empresa de su hijo) y una muestra de la obra que todavía sigue en pie. Por eso mi madre me contó quién era Fisac y la admiración de mi padre por su trabajo.
