Cambio de etapa
Hace algo menos de un mes me montaba en un AVE dirección a Sevilla, caminando por la Estación de Atocha, entre ofertas ADSL, promos de Sky Rojo, mascarilla y gel hidroalcohólico, iniciaba una nueva etapa como eCommerce manager de MARYPAZ, este veterano del calzado para mujer en España.
Si hace más de dos años cambiaba el sector retail por los medios, de vuelta tras unos años en Expansión, en esta ocasión, vuelvo al retail.
¿Qué me ha llevado a vender zapatos?
Quien me conoce bien sabe que me gustan los retos. Si en su día elEconomista fue un reto y, el cambio de proyecto, no entraba en mis planes, en el caso de MARYPAZ el reto es mayúsculo.
MARYPAZ viene de una situación corporativa complicada, tras un concurso de acreedores, que ha llevado a la marca a una nueva propiedad, asumiendo cierres de tiendas físicas que llevaban abiertas muchísimos años. Tras un año de pandemia que se ha cebado especialmente con el sector retail, el objetivo es hacer crecer el canal online de manera exponencial.
Objetivos
En este primer mes de toma de contacto me he dado cuenta de lo importante que es poner en valor al equipo humano. Espero facilitar herramientas que nos permitan crecer profesionalmente, conocer mejor a nuestra usuaria, las palancas que le llevan a elegir MARYPAZ antes que cualquier otra marca y crear una experiencia de usuario especial.
Tampoco nos podemos olvidar del año que estamos viviendo, lo especial de la situación pandémica y su impacto en las ventas de cualquier player del sector retail. Pero lo que es un handicap, a la vez, es una oportunidad. En una marca como MARYPAZ, posicionada en el sector moda a un precio asequible, creo que tenemos una ventaja diferencial respecto a otras marcas.
Por eso, la optimización de ratios de conversión, maximizar la rentabilidad, también son prioridades desde el primer minuto. Más allá de una buena facturación, la prioridad de la marca por ofrecer un amplio catálogo a nuestras usuarias no lo podemos perder de vista.
Y lo que se queda atrás…
No puedo tener ni una mala palabra para la que fue mi anterior casa. En elEconomista, con una nueva presidencia, un objetivo claro, remodelación a todos los niveles, incluso de la propia redaccion, dejo atrás a un equipo de desarrollo único. Me he sentido como en casa desde el primer día, con las típicas situaciones que el día a día del trabajo tiene, pero afrontando cada proyecto con una profesionalidad increíble. Creo que en este tiempo he podido aportar mis ganas y mi experiencia. Y les deseo toda la suerte en todos los cambios que están emprendiendo.
Y volviendo a MARYPAZ, afronto este reto con la mayor de las ilusiones, con un equipo espectacular, convencido de que vamos a cumplir el presupuesto, no sin tropiezos, aprendiendo en el proceso.
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